NaserDeejay

Un día dijo Dios -No! Quieto! No aprietes ese botón!… y nací yo.

Por aquí abajo era un frio otoño, allá por el 91.

Fuí creciendo al lado de cosas como un módem de 9600 baudios o una pequeña colección de vinilos de jazz, funk y soul que determinarian años posteriores.

Sólo tenía que cruzar la puerta de la calle para encontrarme entre los campos y alamedas de un pequeño pueblo donde mis tardes pasaban tranquilas y apacibles.

Carreras en bicicleta a través de senderos perdidos o largas tardes cazando escarabajos que no olvidaré.

Todos esos árboles y plantas, insectos y animales pasaron unos años después a sólo dar nombre a calles de urbanizaciones que ocuparon su sitio, y una vez se hubo perdido definitivamente el lugar llegó el momento de transladarme a otro sitio.

Todo eran contrastes. Las calles eran frías y grises, y la gente… distinta. Se me descubrieron algunas de las primeras verdades desagradables de la vida.

En aquellos días se afianzó mi afición por la música, y nuevos temas impactaban mis tímpanos en un régimen diario como si de una droga se tratase, y con el poco dinero que conseguía y la inestimable ayuda de internet fuí forjando una colección de discos que hoy en dia se cuentan por cientos.

Y poco después al llegar el hip-hop a mis oidos descubrí donde estaban concentrados todos los colores y el calor que faltaban en las calles, y empezó a influir en mi modo de pensar y actuar.

Las páginas finales de cada libreta se fueron llenando poco a poco de confesiones en verso, pero sobre todo mis dibujos o textos en general quedaron ligeramente influenciados por esta cultura.

Pasado algun tiempo adquirí ciertos conocimientos de diseño y programación, y empecé a realizar trabajos como diseñador freelance, centrándome en gráficos y web, que ademas me llevaron a sentir mucha curiosidad e interés por la fotografía e imagen en general.

Un par de años después llegó mi afición al turntablism, el elemento que dió origen a todo, y desde entonces dedico algunas de mis tardes a complejos juegos de manos y ruidos extravagantes, que sigo compaginando con la produccion, aunque aún me queda mucho camino.

A menudo me puedes encontrar delante de una pantalla, sea produciendo, diseñando o pasando el rato en internet. Tambien me puedes ver en el parque de tu barrio mirando como el viento se lleva las hojas secas, en una sala de conciertos sea encima del escenario o abajo con una mano lenvantada, en la terraza de tu bloque disfrutando de la puesta de sol o al fondo de tu clase ensuciando una libreta de cuadros. ¿Quién sabe?…

Si has leido hasta aquí, mi más sincera felicitación. Personas que se las dan de poetas urbanos no son capaces de escribir mas de un par de lineas con una ortografía mediocre.