Crónica del festival Hip Hop en el Gallinero en Madrid

Y el experimento sería sencillo. Imaginemos que hace cuatrocientos años, un joven pícaro, un Lázaro de Tormes o un Guzmán de Alfarache, sediento de ocio, se cuela entre la multitud popular para que, por unas horas, poder evadirse de las desigualdades, de la opresión de la justicia, de la riqueza del más rico y la pobreza del más pobre. El pícaro se colaría entre esos hombres y esas mujeres del pueblo. Allá en el gallinero del teatro, en aquellos asientos más alejados del escenario, se escondería para poder reír y disfrutar con buen gozo de un renombrado espectáculo.

Pero ahora, dejando atrás ese momento, ese mismo día y ese mismo lugar,  avancemos en el tiempo, cuatro cuatro siglos más tarde. Todo seguiría igual, la misma injusticia, la mismas desigualdades sociales. Sin embargo, en esta ocasión, no habría un teatro. Esta vez sería un concierto. En esta ocasión, no sería una comedía la representada, si no el rap de unos raperos provenientes de muy diversos lugares de España.

Bienvenidos pues con nuestro pícaro a "Hip Hop en el Gallinero".

Es en este modo y sentido, con Lázaro o Guzmán, el ambiente animado y los focos iluminando un gentío expectante, el modo en como el espectáculo comenzaría. Tosko fue el primero. Apareciendo desde camerinos y descendiendo al escenario a través de unas escaleras, el artista otorgó al ambiente una ovación prominente. Los vítores sacudieron los tabiques y la sala se estremeció con temas como "Soñar", "A Full Time", "Esto es lo que represento", entre otros.

Tras este, Los Chicos del Maíz harían acto de presencia animando al público. Su vigor y su entusiasmo abarcó 17 minutos continuos con temas suyos. "Pasión de Talibanes" o "Cops" los coronarían como grandes Mc’s aquella noche de finales de diciembre.

Coronación tras coronación, rey de reyes entre ellos, lo cierto es que entre casi las más de 800 personas allí presentes, el pícaro escondido también observó como Rayden aparecía tal vehemente torrente de lírica. Gritos. Aplausos. "Si vas". Elogios. "Dentro de ti" y un freestyle que dejó a muchos boquiabiertos fue el sabor de boca que el rapero dejó sobre el escenario durante su, para tantos, limitada actuación.

Tras este, otros le seguirían. Sharif mantuvo vivo el espectáculo, concediéndole a este  un ritmo más tranquilo, sosegado. Tal vez un descanso para la bomba que tras él, daría paso: SFDK. Los dos titanes de Sevilla demostraron con una soltura irresoluta que nada ni nadie les detiene en su camino, bien con un freestyle con recuerdos del pasado, o improvisando un pasillo entre el gentío. "Ellos van a ver" fue un rugido entre la multitud. Asimismo, el ya conocido "Si yo digo siempre, tú dices fuerte" fue lema que perduró esa fría noche sobre todos los que allí se concentraban.

Galería de fotos Hip Hop en el Gallinero

Tras la colosal aparición, llegaría un pequeño corte. Un breve descanso. Para entonces, el ambiente se condensaría en abrazos de unos con otros, sonrisas, una barra que se abarrotaba por aquellos en busca de una cerveza. Con todos ellos, el pícaro que saluda, que conoce, que se relaja entre unos y otros, esperando impaciente a que tras todo esto, Darmo y su corista Perla pongan de nuevo el listón bien alto. "Mantenlo Ilegal" o "Mi vida loca" demostrarían que aún queda mucho por dar y muy fuerte.

Aún no habiendo disminuido la atención, otro gigante apareció en escena. Iván Nieto no dejó indiferente a nadie. Grande sobre grandes, el Mc demostró una fuerza y basta calidad en sus temas. En aquella noche el mítico "Nadie me enseñó a vivir" prorrumpió tal esa ola que se estrella contra las paredes de un prominente acantilado. Junto con esta, otras como "Ok Corral" o "Madrid en la sangre" volcaron al público en un oleaje de manos alzadas sobre sus cabezas.

Kamikaze así como Nega y Toni tampoco dejaron un mal sabor de boca entre los allí reunidos, pero, aún así, la ovación fue incomparable cuando, de repente, de manera inesperada, cuatro jinetes oscuros aparecieron sobre el estrado con gallarda presencia. Los componentes de Violadores Del Verso junto con Xhelazz fue el trueno que sacudió aquella noche toda la sala. La euforia del público fue colosal. Los gritos se entremezclaron en una unión perfecta con las luces, los ritmos y los versos que, como trompetas de guerra, irradiaron cada singular espacio de la sala.

La esencia hardcore de Violadores del Verso en combinación con temas como "Gran Torino" de Lírico pusieron punto y final a un espectáculo diverso, variado y completo.

Y así fue. Lo cierto es que, tras haber vivido cada minuto de este evento, atiendo a percibir que no sé si el experimentó salió victorioso. No puedo verificar que cuatrocientos años atrás existiera un pícaro como el que aquí he descrito. No sé si todo, el antes y el ahora, ocurrieron en el mismo lugar y en una fecha similar. Sin embargo, sí puedo juramentar que en aquella noche todos fuimos esas personas de calle que, bien queriéndose evadir de una opresión y de tantas injusticias, nos reunimos para poder disfrutar de un grandioso espectáculo donde hubo mensaje, donde no hubo palabras selladas con silencio.

Aquella noche del 28 de Diciembre todos fuimos esos pícaros raperos que en un solo sentido se abrazaron al arte prodigio para mantenerlo en alto, más allá de los asientos de un lugar llamado "Hip Hop en el Gallinero".