Azel - Para nadie

La historia que te cuento que rondaba por el tiempo
Con palabras que borran tus besos de mi verbo
El viento te crea ese frío que me mata
Tu regazo que calienta todo aquello que me falta.
Perezco en las pisadas de mariposas que son hadas.
Con versos que recorren las estrellas en tu espalda.
Vivo por tu ojos, me muero por tus manos
Eres tan perfecta como notas de piano.
Mi Andante para Cuerdas, la musa de la música
La prosa que recuerda lo bello de su acústica.
El vestigio de tu risa con la marca de un cuchillo
El ruido de la cama cuando se pone el pestillo.
El lenguaje de tu cuerpo y el desastre de mi mundo
El sonido de tus pasos que retumba en lo profundo.
Luces de mi sombra el fin de este camino
Tu figura roza el ser de lo magnífico.
Muero por tu ocaso, vivo por tu vida
Te juro que yo puedo, sino no escribiría.
Hojas por el suelo siento que mi cielo
Arde como el hielo cuando miro tu reflejo.
Mi letra perfecta, la cura del calvario
Lo que tienes de hermoso no puedo explicarlo.
Estela de universos, la nieve del infierno
La estufa que calienta, la ropa del invierno.
Eres mi elocuencia, la flor inmarcesible
Lejos de la cienca rompiendo lo imposible
Eres mi limerencia, un amor inefable
La luminiscencia y un eterno desenlace.
Acaricias lo intocable... mi amada serendipia
Creas con tus dedos lo que mi Dios envidia
La rosa de arrebol con la torre del olvido
El recuerdo de Ceraia con lo eterno de lo efímero.
Mujer entre mujeres, la forma de lo etéreo
La vida de la muerte y lo triste de lo bello.
Mi moda para siempre y ropas te sobran
Mi caricia por el vientre con risas que lloran.
Mi más alto hito por un acto de catarsis
El agua en el desierto y la forma del osasis.
Tú lengua es idioma y el estigma de mi letra,
La tinta de diosas que corre por mis venas.
Mi reina de cristal con lágrimas de escarcha.
El tempo que te marca cuando huyes de la parca.
Alma que no muere con tus ojos ya me basta
Esa vela que perdura cuando el viento le concierne.
Concierto hacia tus piernas, con versos que te abrazan
Tanto que creaste y el despiste del contraste
Y dios lo mando al traste y saco su última baza
La figura que resalta el orden del desastre.
El pecado hecho carne la lujuria hecha poesia
La esperanza que ilumina con el paso de los días
La pasión y la cohesión de nuestra unión del corazón
Y la adicción y la obsesión de nuestra complexión.
Con la calma de un latido y el roze de tu aliento
Olvido lo perdido y de lo que yo me arrepiento
Se prende en un momento al fulgor de tu pigmento
Inventando un lo siento que calme a este tormento.
Negro de mil rosas eres inigualable
Que llaces en mi prosa surgiendo de lo afable
Una entre ningunas en el mundo del acopio
Lira de la letra en el margen de mi folio.
Firma del poeta con el pecho que le aprieta
Un rima inquieta que por dentro le completa
Juro por la flecha que nunca dire adiós
Pongan sus apuestas para que me parta en dos...