El Momo - Hielo [Productor desconocido]

Me dijo: “Ahora somos o la música o yo. Elige.”
La dejé y le escribí una canción. No se la dediqué.
Se marchó sin los cambios ni el ticket.
¿Cómo salvar ese barco cuando ya se ha ido a pique?
Cuando el trastorno emocional es evidente,
noches frías que logran teñir al día siguiente.
Dibujando pinceladas de futuro en nuestras mentes,
algún día ese futuro será presente.
Para mí, nada es eterno sino el momento.
Desde aquí sientes que se puede tocar el tiempo.
No hay ilusión cuando el cerebro razona...
¿Cómo tener ganas de algo que luego te decepciona?
Aprendí que nunca tendré una vida completa;
que por decir ‘corazón’ quince veces no eres poeta,
que el alcohol te empuja a hacer lo que realmente quieres,
pero que si te excedes te convierte en canciones sin letra,
que los mejores están por conocer,
que hay personas que, por recordar, nunca saldrán del ayer.
Sé lo que pude ganar, sé lo que quise perder.
Tú no me intentes cambiar, porque no vas a poder.
"Nunca dejes de escribir" dicen algunos
cuando alguna luz les acerca a mí.
Cuando el ruido del silencio les impide dormir,
cuando todas las canciones me recordaban a ti.
Yo no soy de los compran flores, soy más de bares,
de los que hacen olvidar errores bebiendo a mares.
¿Para qué mis valores? ¿Para qué valen? ¿Tú lo sabes?
Sin ellos... mi orgullo se funde como metales.
Los nervios siempre se huelen, muchos no valen.
Nuestra relación es un guion de Woody Allen.
Somos títeres, nóveles, siguiendo sus órdenes.
Muriéndonos por dentro ya que nunca fuimos jóvenes.
Sigo escribiendo tu nombre en el vaho.
Me dejaste K.O., como Márquez a Pacquiao.
Muchos sitios y muchas cosas he probao’,
pero, como se está en tu cama, no se está en ningún lao’ (he dicho).
Cuando solo la escritura ya es mi médico,
cuando todo el odio hacia la vida es anecdótico,
lucho por poder andar, nadar a tierra firme,
ya que mirar a las estrellas solo nos produce vértigo.
Nacimos para sentir, no para huir.
También puedo mentir, como tus fotos de perfil.
¿Cómo escapar cuando soy yo el que me persigue?
Engaña a quien quieras cuando quieras, menos a ti.
La poesía un mal día la destroza.
La suerte me vio, me sonrió y se cambió de acera.
Ni una excusa me dio, aunque la quiera.
Desde ese día nunca fue tan fría Zaragoza.
Hielo.