Igneo y Pekado - Invisibles

[Ígneo]
Hay humo gris, en esa noche que se olvida
que las aceras son tu alfombra roja y la hoja de papel te inspira.
Gritas: "¡Tengo más dignidad que tú, no soy un paria!"
¿Quién es el indigente ahora?
Más rico que todos con una sonrisa desdentada,
pero el periódico de ayer no es suficiente almohada;
andas con el alma agotada casi en los pies,
hace más de 15 que cuentas 43.
Espíritu inquebrantable,
luchas contra una sociedad que te obliga a ser invisible;
caminas bajo un manto de estrellas sin saber por qué
tus recuerdos afloran castigándote.
Tu dolor a flor de piel, si sólo recibes hiel
y el cartón de un todo a cien es tu mantel.
Mantener la calma es todo tu equipaje,
mientras vagas por la vida pagando un peaje
del que no hay retribución, más que tu canción, que es triste
y te culpan por algo que nunca hiciste.
Mártir en el anonimato, recibiendo un trato ingrato
sin haber roto nunca un plato.
La caridad de los menos es el salario del mes
y el hambre de tus ayunos es lo que causa el estrés,
si cada dos por tres hay represiones
causadas por el delito de dormir sobre escalones.
Tu ropa hecha jirones
es un poema de tu día a día, viajando por estaciones,
huyendo de la hostilidad de este frío invernal,
en busca de cobijo en otra sucursal.
Con tu billetera que es un vaso de plástico sucio
y la dependienta del local echándote de su negocio,
acostumbrado a vivir despacio
y al vacío social del vecindario sin contemplación.
Y en tu situación sólo hay crispación
y esos ojos tristes pidiendo atención.
No hay justicia ni solución,
ni pizca de compasión, sólo recibes desprecios
de necios, que nos quejamos de vicio
y el único auspicio que recibes es saber
que lo tuyo no es vivir, es sobrevivir a cualquier precio
y en busca de redención guardas silencio...

[Pekado]
Entre todas las personas que pasan por mi salón,
tu notaste que ya no busco solución,
que soy feliz viviendo al borde de vuestra prisión,
en la que pagáis por diversión.
Porque soy mas rico que tu, aunque tu lleves un traje,
porque dentro de tu selva, solo se habla un leguaje,
y es tu divisar para divisar sonrisas,
yo comparto mi cama por nada,
bajo las estrellas que nos eclipsan.
Soy más humano, más persona,
sé que el tiempo que pasa, no desentona,
que los segundos se me amontonan.
Con solo pan y una botella solterona,
tengo la paz que tu abandonas.
Porque aprecio mas el contenido que su precio,
y yo he bebido de la botella del éxito.
Y cuando tengo apetito me como el mundo,
y tu vives es soñando, que puedes controlar tu vida con un mando.
Quiero despertar, traspasar la realidad de esta ciudad que me ahoga,
Quiero libertad, sentirme uno mas y quitarme esta soga.
Hoy camino, sin rumbo y sin destino...