Mediyama - Nebulosa

Madre, Venus se ha marchado,
dijo no poder amar a un Marte complicado
y siento el dolor como castigo de Neptuno
por tener dos corazones donde sólo cabe uno.
Madre, ¡lléveme con ella!
huelo hasta su estela en esta esfera,
me quema, ¡espera!
¿No ve que orbita en mi deseo
y que si quiere un universo de colores se lo entrego?
pero, no soy el Sol y mis palabras no calientan,
aunque hiervan por momentos en calderos de impaciencia.
Mi ciencia cierta se pelea con su cuerpo hecho de estrellas
y transforma los planetas en cometas.
Madre, siento el frío de Plutón
y como anillos en Saturno giro yo a su alrededor.
Madre, Tierra, enemiga del Mercurio,
dame paz y buen augurio
en esta guerra al infortunio,
¡o mátame!


Tenerlo todo y no ser nada,
buscar en sus palabras mi esperanza.
La sinrazón haciendo de las suyas
hoy somos luces que no brillan juntas.
Mirar al cielo y ver las estrellas,
salirme de mi cuerpo a perseguirla,
sé que está entre ellas...
Que no es que no se valga sola,
es que siento que me apago por horas tras esta supernova.
Voy sin nave, fue mi nube,
es como el aire caliente que sube y sube,
que se enfría y cae,
siento que no hay suficiente
y ahogado pulso de nuevo vel play.
Me atrae con gravedad, sin ella no me queda paz...
Seguir el rastro de su magia entre mis gritos,
es el precio del amor y el infinito.