Núñez - Andalucia

Como dijo Blas Infante,
Andaluces, levantaos,
perdón si no se levantan pero están mejor sentaos,
Aragón Becerra poesía rebelde,
tu bandera es blanca y verde,
sólo un día en el tejao.
Los mejores bajo tierra,
los cultivos,
el jazmín adornando las casas muertas.
Vivo entre molinos y campos de olivo,
en las calles vivas
donde los viejos lloran si el río se contamina.
El mar es una lámina,
verde y conmensurable,
sabios maestros perennes en las cantinas,
los radios de las bicis se parten con las esquinas,
mas los críos ya no juegan, ya no gritan sus vecinas.
Prehistórica mentalidad no lo neguéis,
el verano es una mezcla híbrida de azul y de beige.
No aguantamos las burlas con nuestro acento pues,
lo llevamos dentro,
más allá del cuerpo y del jersey.

Ustedes no lo veis, estáis podrios de envidia
si en tu ciudad de veinte días llueven dieciséis,
¿Qué culpa tiene mi familia, mis raíces, mi jerga?
Tus botas puercas no merecen caminar mi tierra.
La historia habla, indomable pa los fascistas,
de todo menos culpable,
de todo menos realista.
Andalucía es vieja y lista,
el hombre no se doblega en la cuna de los artistas.


[Estribillo]
Soy azul mediterráneo,
soy verde olivo,
soy abono pal geranio,
soy el aroma del naranjo en la mañana,
soy lo que gana un campesino cultivando.
Soy playa, metrópoli y campo,
soy el emigrante añorando,
soy el abuelo que recuerda al compañero fusilado,
el obrero, el parado y el tirano tiritando


Mi tierra le encanta a los políticos,
adoran demolerla
y el andaluz adora devolverla.
No es justicia, es venganza, déjanos vivir,
¿Qué frutos crecen si no riegan la raíz?
Quiero envejecer aquí,
escuchar las guitarras llorando,
al chamariz cantando libre en un abril de fango,
entre quejíos tristes, bulerías y fandangos,
sentimos el doble hermano,
reímos llorando.
Exagerado, rudo fan de las hipérboles,
el bien empieza el miércoles,
terrazas, tinto y caracoles.

Aquí en Sevilla estamos locos de atar,
porque la mierda de caballo
apaga el aroma del azahar.
Están matando la elegancia natural,
por más que miro no me casan Starbucks y catedral.
Me duele tanto la ignorancia Sevillana
como la arrogancia catalana,
tengamos la fiesta en paz.
Los abuelos con sus lánguidos pasos,
calle abajo van,
recuerdan los tiempos del vino y el pan,
de la explotación en las aceituneras,
de la mar calmada y sus largos días de pesca, cigarros y yesca.
Me dieron tierra y libertad,
tenían conciencia,
saber guardar las apariencias con la turba detrás,
las paredes manchas con la sangre hermana,
y al alba levantarse de la cama
y luchar con más ganas.


[Estribillo]
Soy azul mediterráneo,
soy verde olivo,
soy abono pal geranio,
soy el aroma del naranjo en la mañana,
soy lo que gana un campesino cultivando.
Soy playa, metrópoli y campo,
soy el emigrante añorando,
soy el abuelo que recuerda al compañero fusilado,
el obrero, el parado y el tirano tiritando


Celta, fenicia, cartaginesa, árabe y romana
y tras su ventana montañas de esa,
abrazos del océano,
peinan sus trenzas de roca viva
y calma árida, allí no existe autoridad.
Cuentan que un día tus dirigentes
quisieron verte esclava y tuvieron que protegerte,
bendito su coraje blanco y verde, amigo,
qué bonita navidad la de aquel cuatro de diciembre.