Rénove - La belleza de lo natural

Hoy quiero borrarte ilusiones y crearte nuevas
relatándote un tema nuevo al oído.
Sin apuro. Conservar tus sentidos es mi prueba
para que no sientas cuando me haya ido.
No te importará mojarte cuando afuera llueva.
¿Que te escriba algo no me habías pedido?
No hay ningún problema si es tu primera...
ves a la primavera cosquilleando en tu ombligo.
¿Y qué si lo digo? No soy mejor por eso,
si pasé años buscando una virgen de corazón.
Pero en esta ocasión no voy a salir ileso,
si podés evitar que siga a mi razón.
Hoy soy un caballero sin título de nobleza.
No lo estoy diciendo para llevarte a mi habitación.
Es que estoy buscando conquistar a una princesa
que, apenas la vi, a mi me conquistó.
¿Y si llamo tu atención? Tal vez me hagas caso.
Tal vez pintándote con un trazo de pulso firme.
Quizás invitarte a ver un único ocaso
y acercarme para escuchar como tus ojos gimen.
Yo se que es posible vernos otra vez,
no puedo prometerlo porque sueño ser libre.
No te pongas triste, pocas me caen tan bien.
No todas dejan ver a su corazón invisible.
Planté mis raíces buscando un consuelo.
La señora Vida dejó muy fértil la tierra.
Y nacieron dulces frutos con sabor a caramelo
que puedo saborear después de pelear esta guerra.
¿Y qué si se cierra mi mente al lado tuyo?
Ese es el menor de todos mis problemas.
Tengo más ganas de besarte entre murmullos
y que sientas en mis labios el calor de este poema...


Esto recién empieza, no busques el final.
Tus ojos de cristal me recuerdan a un diamante.
Quiero decirte antes que te sientas especial,
porque no todas pueden alardear con ojos tan brillantes.
Si, soy insaciable, y sé que es molesto,
y estoy dispuesto a dejarme llevar.
¿Pero alguna vez notaste tu rostro en el espejo?
Yo vi tu gesto de belleza tan natural.
Quiero tu pasión animal invadiendo mi espacio.
Yo sé que es un evento un tanto ocasional.
Empecemos sin apuro... un poco más despacio,
y que cuando termine tus dientes sean un puñal.
No fue accidental. Todo tiene un motivo.
Alegrate de haber perdido la duda temporal.
Ahora hay que recostarse y sentir los latidos
que dejó en el camino una noche para recordar.
Como supuse: Ya llegó otro amanecer.
Me levanto yo, sin intención de despertarla.
Mejor: voy a abrazarla hasta que vuelva a llover.
Que quede tranquila y bien acompañada.
No se sentirá solitaria, al menos por hoy.
Ella se convirtió en mi obra literaria.
Quedará como un recuerdo en el cajón,
para que siempre se sienta necesaria.