Seder - Marcas en mi

Fue nacer en mi colonia, tener unos papás
que me han hecho mantenerme en pie sin importar el que dirán;
de quienes aprendi el pensar antes de actuar,
y por quienes pude llegar a la mayoría de edad.
Fue la escuela a la que fuí. La gente que conocí.
Fue mi diablo, que al llorar me decía "vete de aqui".
Fue mi primera reflexión, mi primera decepción
y las cicatrices que dejó aquí en mi corazón.
Y fueron mis victorias. Y fueron mis fracasos.
Fueron mis esperanzas y cada uno de sus pedazos.
Y fueron los abrazos de mi gente en navidad.
Y las oportunidades que no volveré a encontrar.
Fue mi infancia, circunstancua que ya quedó a la distancia.
Y fueron los consejos sobre trabajo y constancia.
Y tambien los sucesos de los que estoy orgulloso.
Y mi agrado... por el pasado y el clima lluvioso.
Y fue el cariño que de niño me ofrecieron,
que superó al rechazo que en la escuela repartieron.
Fue mi casa de dos cuartos, donde aún pasó mi vida,
y sus medidas perfectas que hacen a una familia unida.
Fue mirar amaneceres, ver despertar mi ciudad.
Y entender que crecer no es sinónimo de madurar
Fue dar pasos, tanto metafóricos como reales.
Es el gusto por mi cultura y sus cuatro pilares.
Es la música, la única que no me pone rúbricas.
Es el desprecio por esta administración tan pútrida.
Es mirarme al espejo y entonces poder saber
que mis bolsas son reflejo de lo mal que lo pasé.
Es mi núcleo familiar que me apoya de cualquier modo
y es el mismo que me hace creerme capaz de todo.
Son palabras de aliento: si siento que no me controlo.
Es mirar a mis amigos: y saber que no estoy solo.
Es sentir el silencio en horas de la madrugada.
Son los versos de Nacho, historias de Ruvalcaba
Es la suerte y la maña; los obstáculos y trabas.
Y perder la mínima inocencia que quedaba.
Es mi soledad no absoluta, porque es un bolígrafo
y un nudo en la garganta con ganas de romper tímpanos.
Es esa voz “si quieres decir algo mejor grítalo,
busca un corazón dispuesto y con versos agítalo”.
Son golpes al caer porque me cortaron las alas.
Y ver que aquí nadie regala nada más que balas.
Es escuchar lo mío sin dejar dormir a nadie,
disfrutando del desvelo, de la hora y del aire.
Es el trabajo duro y la falta de ganas.
Es el frío de la noche y el calor de la mañana.
Eres tú, es el, es ella, son todos aquí.
Es la verdad que no se ocultar aunque sepa mentir.
Es el trabajo duro y la falta de ganas.
Es el frío de la noche y el calor de la mañana.
Eres tú, es el, es ella, son todos aquí.
Es el mundo de experiencias que dejó marcas en mí.