ZPU - Una de esas

Catatónico, tú no sabes nada. El precio de lo auténtico es
la soledad extrema. Sólo sentir el aire patinando, robándole al tiempo.
Es tan contradictorio, escupo todo lo que siento.
Menos cuerdo. Cabeza loca, toca todo lo que ve como un bebé.
La vida es una tómbola. Arriba y abajo, yo no sé quedarme en medio.
En serio, a veces me arrepiento. Me da por enviarlo to’ a la mierda.
Soy así, borracho, tú no quieras conocerme.
Quiero lo que no puedo tener y lo que no quiero tener.
Y quiero vivir al máximo y eso me va a matar.
Lo veo todo gris, luces ya no me iluminan.
Habitación a oscuras porque así es como me siento.
Tiendo a carácter positivo tanto como depresivo.
Follar sin preservativo es más vivo.
Mejor hablamos otro día, hoy la resaca es máxima.
Esta mañana me moría, qué cara de lástima.
¿Dolor? Vivo en un ascensor detrás de un cristal,
y ya me da igual mal. Qué bien, qué regular o qué bonito es el amor,
pero llévalo bien lejos (Mejor llévalo bien lejos).
No quiero saber nada, mi cama y mi almohada. Sí, nada.
Chico, no es una balada, es una de esas de “hago lo que quiero”.
Y pa’ que no me guíe nada busco abajo en mi agujero
mi llegada, ¿la recuerdan? Algo paradójica.
Yo nunca fui un quejica. Nadie de tu plica fluye como yo,
¿se explica? Años de quemarte y trabajar.
¿Tú qué me vas a contar? Súbete a mi sidecar, te puedo llevar
a descubrir lo podrido de este foso, porque todo muere
si el ambiente es más que caluroso. Yo no soy tanto como dicen,
pero mucho más de lo que dicen otros.
Somos peligrosos, man, no juegues con nosotros.
(Yeah, somos peligrosos, man, no juegues con nosotros).
¡A tomar por culo! Cada vez que pienso como os olvidáis de todo
y cada vez que putas me traicionan. Zeta no perdona.
Ciegos no ven que ellos mismos se abandonan.
Dame tiempo, mi recado llegará en forma de coma.
¿Soplona? No más con mi ayuda.
Mira, en este juego el que perdura es el que sabe lo que vale y se lo cree.
Y tú tienes principio de talento y poca amplitud de miras.
Desconoces el honor, por eso piras.
Muere con lo falso que respiras, pero tú a mí no me tiras.
Miles como tú que se deshacen antes de empezar y ya se esparcen
por el arcén perdidos. Recuerda, Prieto Sánchez de apellido.
Recuerda. Recuerda, Prieto Sánchez de apellido.
Recuerda, Prieto Sánchez de apellido.
Hijo de puta (¡puta!), recuerda, Prieto Sánchez de apellido.
Yo soy el puto Hombre de Oro, man.
Mírales, se esconden, sólo quieren tu dinero.
Enmascarados brothas que te duran unos meses.
Palabras de mi honor. Tú no, más vale que lo pienses
si dices que me sientes y apoyas lo que hago, bastardo, vástago.
Los trago y los olvido rápido, acostumbrado ya a que salgan.
Te odiaran a muerte todo lo que ahora te halagan.
Y ya, ¿por menos, no? Porque si todo tiene un precio, man,
lo pagas, se acabó. Así de fácil. Aquí nadie regala nada,
mira mi bolsillo. Encontrarás poco más que el resto de un pitillo.
Y siempre liando, con la cabeza arriba.
Y aguantando la tormenta del que lo intenta.
Sé que cada paso cuenta, alienta, sueños representa
algo por lo que luchar, abrir cada puerta.
Incierta vida esta que te presta sucesiones continuas,
de líneas ambiguas. Cuando tus ideas se antiguan, es renovarse o morir.
Yo, debes elegir. Ya poco más que decir. Y a pesar de
palos de ciego, golpes al aire y no dar ni una, quiero pensar
que tengo fortuna. Pero no sé, no lo tengo tan claro.
Quizás sólo enmascaro lo malo porque no lo quiero ver.
Me quitaría de en medio a veces, eso es seguro, de vivir.
Lo duro es cada paso cuando no hay futuro.
Apuro el paso a lo que venga, mira.
Mira, más que la muerte, me asusta la mentira.
La fragilidad de tus palabras, que lo que piensas realmente no lo dices,
te lo guardas. Tú sabrás qué haces.
Hueles como las aves rapaces. ¿Quién quiere colegas suspicaces, eh?

Yeah. Contradicziones. Dos mil ocho es el año. Especial dedicación para todos aquellos que dijeron que me querían, ¡y todo era mentira! Se escondieron en su cobardía y en su envidia. ¡Ahora mírame y alcánzame si puedes!