Crónica del Festival Carpe Diem 2016 en Getafe

La velada comenzó siendo una merienda calurosa, muy calurosa, de hecho, la organización una de las cosas que realizó durante las horas de sol, fue literalmente, regar al público.

Desde luego no hacía falta mucho más que unos minutos, para, no siendo suficiente calor el que ya había en el ambiente, poner la temperatura aún más alta entre el público con las batallas de gallos. Cultura Inquieta, dentro del festival, había organizado unas cuantas batallas, que no dejaron títere con cabeza, ni espectador sin sonrisa, así como tampoco a los jueces, y tampoco nos dejaron sin duda, si los ya clásicos "oooohh" que uno no puede evitar soltar al oír como le parten verbalmente la autoestima a alguien, aunque por supuesto, siempre en el juego de la rima. El buen rollo estaba presente. Al final dieron como ganadores a Errece y Kensuke, aunque se veía al público más decantado por uno que por el otro, se alzaron las manos de los dos como ganadores.

Tras el festín de las batallas (aunque la final se pospuso para otro momento del festival), llegaron dos actuaciones desde Granada, Ayax y Prok, y Dellafuente respaldado de Maka. Nada que ver unos con otro, pero el público los disfruto por igual a los dos. Los jovencitos Ayax y Prok se dejaron el sudor, la garganta y la piel, demostrando garra en el escenario. Dellafuente, acompañado de Maka, dio unos aires distintos para variar un poquito la marca que iría teniendo fundamentalmente este festival.

Variando el orden que aparecía en el cartel, salieron a escena Suite Soprano. Inconfundibles en su estilo, tuvieron al público de su parte al 100%. Estilo suave, miradas al cielo… Suite Soprano en estado puro.

Después de Suite Soprano, y la final de las batallas, llego Arce, para meternos un poco el atardecer, con mucho curro en el escenario, y un público también de su parte, supo poner las manos madrileñas en el aire, viniendo desde Galicia para presenta su último disco "Luciffer".

Pasando a las penumbras de la noche, aparece la voz de Foyone y sus acapellas, en los que parecía mantener conversaciones continuas con el público, como si él fuera el psicólogo, y ellos, los pacientes, que necesitaran de sus rimas.

Además de Foyone, aparecen en la noche Natos y Waor, para romperse la garganta, literalmente, ante sus fieles, de principio a fin dando lo todo por ellos, y ya era difícil por las horas que rondaban de festival. Salieron al escenario y lo dieron todo, y el público también se lo dio.

Quedaba el plato fuerte, para degustación de muchos, cambiando, eso sí, la tónica general del concierto, ya que Los Chikos del Maiz, que salieron a eso de las 0:45 al escenario, les representa, una musicalidad distinta a la que venían teniendo todos los conciertos, en torno al trap, y las bases más sencillas, donde rapear duro. A quien no le quedaran fuerzas, le salieron del alma, para cerrar el festival con los señores que más representan la bandera tricolor en este país.

Texto por: José Manuel Encina