La Insurgencia a la cárcel, y el panorama político español sigue deteriorándose
Como muchos os habréis enterado esta semana, el colectivo de artistas de Rap llamado La Insurgencia ha sido condenado finalmente por lo dicho en sus letras. El colectivo de rap combativo se suma así como uno más a la larga lista de vergüenzas que está acumulando la justicia española en los últimos años con el maltrato la libertad de expresión.
En concreto, los miembros La Insurgencia han sido condenados a 2 años y un día de cárcel (si, esas 24 horas regaladas para asegurarse de que entren a prisión), el pago de 4800€ y una inhabilitación de 8 años y un día para ejercer cargos públicos.
Llegados al punto que hemos llegado lo triste es que ya ni sorprenden estos casos. Pablo Hasel, Valtony, Ayax y Prok, Ciniko... y eso sólo en lo que al Rap se refire. En los últimos años se ha labrado en España, a través de nuevas legislaciones y por medio de una justicia y fiscalía absolutamente politizada, un claro camino hacia la represión de la opinión. A día de hoy parece que un discurso de derechas, ya sea moderado o extremo siempre está bienvenido, mientras que el único discurso de izquierdas aceptado es el mainstream, y las críticas más duras y más fundamentales al sistema en el que vivimos son brutalmente oprimidas.
El camino al que nos llevan como sociedad es uno muy oscuro, un camino al que aparentemente nos empujan con toda intención. La finalidad es clara: imposibilitar una discusión política entre ambos brazos del espectro a un nivel argumentativo; ya que en los tiempos que corren las posiciones más conservadores ya no son defendibles a este nivel o ante los argumentos de una avanzada sociedad. No quieren que tratemos realmente los problemas de nuestra sociedad, ni debatamos las posibilidades de futuro, sino que nos distraigamos y atrapemos en este escándalo por la palabra, dicha, escrita o en este caso rapeada. Y demasiadas veces nos dejamos engañar así, muchos han pasado de partir en dos argumentos de la derecha, a pedir la misma censura por sus ideas que la censura que nos aplican a nosotros. Señores, este es el camino equivocado, no podemos dejar que nos roben el argumento, porque es terreno que tenemos ganado.
Ni la represión de la palabra, ni el independentismo, ni el 155, ni el cerrado de Gran Vía, ni todas la demás niebla que nos montan deben frenarnos en nuestro camino. Compartamos o no la opinión del otro, éste tiene derecho a exponer su parte. A veces son burradas las que se dicen, a veces el lenguaje es innecesariamente rudo, a veces se escapa de la lógica, pero ninguna opinión, ni mucho menos en un contexto artístico merece la censura ni mucho menos la cárcel. No nos dejemos llevar al camino que ellos quieren: Rap es libertad de expresión.
Texto por: Ziko
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#1 el 13/12/2017 a las 15:23:
Una puta mierda...