La opción Viña-rock en 2011
Todo empezó muy deprisa un jueves por la noche, cuando se me comunicó que después de un tiempo de espera a la administración del Viña y por temas que no vienen al caso, al final me tocaban a mí las acreditaciones. Así que aproveché la tarifa plana de Vodafone para reclamar los pases, para buscarme un coche de ida, otro de vuelta, unos compañeros con quien divertirme, una tienda, un ron… como mola el Facebook! Nos íbamos viernes por la mañana y unos 3 minutos antes de que se fuera el coche de ida me confirmaron el de vuelta…así que, ¡subidón! Y sí, con dos colegas (Still ill i Bola) me subí al coche de un desconocido que buscaba alguien para pagar gasolina y con esas que nos enteramos de que el tío era propietario de la marca de la camiseta de mi colega MOGRA EMPIRE, manager de “S Curro” y que iba tan acreditado como nosotros o más, así que… parking reservado delante de la entrada!
Después de estar seis horas hablando de Rap y perdernos un poco por el camino, llegamos a la rotonda de acceso para recoger las acreditaciones, y bajo la lluvia un vigilante nos informa de que no, no hay parking, hay que ir a buscarlas andando, llueva o no, para que, cuando las tengas, vuelvas a por el coche y entonces, sí, hagas el camino de nuevo y lo entres. Como quizás hayáis visto en crónicas anteriores, siempre resulta muy divertido eso de los vigilantes, pero esta vez me cayeron más bien que nunca, ya que posteriormente los descubrí de buen humor en la entrada, comentado y haciendo bromas de la gente que intentaba colar algo, algunos tan borrachos, que se lo escondían en su cara, y sí, era para reírse.
Del parking nos fuimos a acampar, y gracias a la lluvia fuimos comprobando que sorprendentemente estaba bastante vacío, así que por primera vez en cinco años, no habían tiendas pisándose y formando edificios en bloque, sino parques entre adosadas. Pudimos acampar muy cerca de la entrada, a la primera zona colindante y yo estaba muy contento porque, a diferencia de otros años, no haría falta hacer el camino de Santiago para llegar al recinto sin más fuerzas ya para conciertos. Empezamos diciendo: “¡Bua!¡Por fin estaremos bien!” y acabamos diciendo : “Vaya cagada de sitio aquí no hay vecinos molones”. Total que más solos que la una empezamos a llenar cubatas que ya se escuchaban los bombos del Viña. No hacía el sol que te mata pero la lluvia estaba empezando a amenazar con un Viñarock 2006, así que tardamos poco en poner un plástico debajo la tienda y vigilar la pendiente para no salir flotando a pasear durante la noche siguiente. Este año no voy a criticar los lavabos porque ya aprendí a usar sólo y únicamente el de la zona VIP y no puedo opinar, pero apuesto a que seguían siendo lo más asqueroso que he podido ver en mi corta vida de 24 años.
Sabíamos que nos estábamos perdiendo VKR, que no sé muy bien que hacían en cartel y que nunca he visto en directo (supongo que por eso) pero que a este ritmo también nos perderíamos a la Puta Opepé, así que forzamos el último cubata para llegar a la carpa a medio concierto. Me di cuenta ya en la entrada que los porteros estaban de buen rollo. Entramos y comprobamos que muy hábilmente habían puesto la que Zatu, después de guiñar un ojo, reventó; “Carpa del Viña” y no querrían tener que cambiarle el nombre a un escenario por lo que el Viña del 2006 seguiría siendo historia al menos por este año.
Entonces fue cuando me dirigí a la barra a darle sentido a la ya empezada taja de la noche y mostré mis acreditaciones, mis credenciales, mis pulseras, mis ojos, mi cara y mis dientes y no conseguí ni si quiera una gota del mar de alcohol que habían comprando con el dinero de parte de las personas que, entre otras cosas, gracias a la promoción de esta web, habían ido (estamos hablando de que 40.000 visitas diarias, con noticia y ahora crónica en hhgroups.com) y no vi ni un canapé. Si ningún medio anunciara su festival, no se enterarían ni los de limpieza, así que pienso que deberían cuidarnos un poco más que 3 euros la cerveza y 5 el cubata (exactamente igual que en el recinto).
Después de desistir me quedé un rato más para ver como supuestamente entrarían las excéntricas gafas de Tote King, aunque los anteriores discos no me los escucho mucho porqué no noto que vayan dirigidos a mí, sino que los veo como un reclamo a la generación fan-adolescente. Me pasó como con el último disco: fui con ganas de criticarlo hasta derrumbarlo pero me sorprendió con un directo muy bien llevado a cabo en todos los sentidos y, siendo así, a uno se le sacan las ganas.
Viendo el panorama árido en la barra y al ser catalanes anti-pago nos vimos obligados a salir a por más alcohol, pero esta vez con una nueva estrategia. Nos pusimos en la entrada general, al lado de tres contenedores de basura donde la gente lanza los cubatas…y ahí se nos hicieron las tantas: Empezamos poniéndonos delante, esperando que alguien tirara alcohol, cosa que sucedía constantemente, y, viendo que era un no parar, acabamos gritando a los cuatro vientos de forma selectiva: “Ron con Cocacola aquí! No tiren las bebidas!”, total que hicimos muchos amigos fugaces.
Fue entonces cuando descubrimos que los porteros estaban de buen rollo. Ni nos echaron ni nos miraron mal, yo creo que también estaban de fiesta, demasiada gente borracha para estar enfadado. Con la tontería nos perdimos a Payo Malo y Mr Rango y entramos justos para ver acabar Albert Plà, clásico incondicional. Después de tomar el sol por la noche nos quedamos bebiendo meando y merodeando por la zona cuando descubrimos que de repente se agrupó mucha gente con una sonrisa… iba a empezar “La pegatina”. Y lejos de Dj Muggs, que me hubiera molado ver como se lo montaba, nos vimos rodeados en un contexto de fiesta continua muy intensa que nos acabó de gastar las fuerzas que reservamos para el viernes, así que fuimos de ahí al Shawarma, del Shawarma a la Rave, a echar la última con los colegas de Ontabass, esas cosas que sirven de pretexto para coger sueño e ir para la tienda a cerrar la noche.
La mañana siguiente me desperté con tantas nubes en mi cabeza como en el cielo y encima con algo sonando que estaba fuera de mi alcance gustativo. Así que decidí entrar en consciencia y salir de la tienda, entonces lo vi: ¡habían puesto una carpa de cruasanes enfadados a 30 metros de la tienda! Sonaba música máquina a todo volumen y había un par de tíos en la entrada con gafas de sol (estaba lloviendo) y cara de mala leche sin fiesta alguna. Pensé, así no se te va a llenar el espacio, y así fue. Aún no sé ni cómo, aparecieron mis compañeros con un café y, junto con unas magdalenas que me traje, conseguí un buen almuerzo.
Se fueron a pasar la mañana con los de la Rave pero yo me desvié y acabé convenciendo a la pobre trabajadora de una farmacia para que me dejara usar el servicio para, luego, acabar con ellos. Después de una mañana lluviosa entre barro y gente compitiendo para ir muy sucia (no le encuentro la gracia) nos fuimos a empezar la carrera alcohólica en las reservas de la tienda mientras seguía vacía la carpa de amargados. Pasamos cerca de un escenario que montan cada año en la zona camping y descubrimos que alguien estaba como rapeando., así que que le pregunté si se podía subir para actuar y muy amablemente me respondió que nos pasáramos a las ocho y nos pondría bases etc. Fuimos al Viña a hacer tiempo y a ver a S Curro por el interés que nos había causado el conductor, vimos un directo bastante potente (¿de dónde sacará tanta voz durante tanto tiempo?) y luego vimos empezar a los GP Boyz, de los que tengo que decir que, a pesar de no compartir y oponerme a los valores que promueven, la poca gente que estaba en el público y los iniciales problemas de sonido, la escenificación del directo derramaba experiencia y saber hacer.
Pronto nos aburrimos de letras de gangsters y nos fuimos a fuera a buscar lo prometido. Cuando llegamos a la carpa del escenario vimos que sólo había un micro y una persona que lamento no acordarme de su grupo o nombre, pero nos iba lanzando sus propias bases mientras rapeábamos temas y montamos la Jam con el público del camping. Es lo más bonito del rap, poder coincidir con alguien compartirlo y montar movida en cualquier lugar improvisado. Una vez terminado y esquivando un chaparrón de camino, llegamos para hacer la ronda de cubalitros en la entrada y ver los Aldeanos una vez dentro. La verdad es que me gustaron bastante pero el concierto tubo puntos de fanatismo Popero, como el desesperado que se coló al escenario para pedir que se pusiera una camiseta que en el mundo del rap, me preocupan un poco.
Hartos de ver SFDK lo vimos empezar y fuimos a recargar a la entrada ya a modo bárbaro. Volvimos contentos justo para ver algo de Mucho muchacho, que creo que fue el primer concierto suyo que me gustó bastante, porqué siempre me había aburrido mucho, pero consiguió mantener un nivel festivo de show que me provocaba serias confusiones sobre mi borrachera. Llegados a este punto empezó el Spanish Reggae Showcase con el que ahí ya nos desmadramos del todo.
Recuerdo ver a lo que sería toda la carpa con una sonrisa bailando al unísono aunque no recuerdo que el show fuera especialmente espectacular aparte de tener a MBaka como loco en el fondo que eso siempre ayuda, salieron hicieron sus temas y se fueron, nadie se puso a saltar como loco en el escenario, pero al ser la hora que era… el público iba a lo que iba.
Fue después que se disgregó la gente pero los pocos que nos quedamos empezamos a flipar con Kid Koala, que lo tengo en mi librería y ya me parecía muy interesante, pero nunca llegué a pensar que lo vería en directo. Me llamaron los compañeros que estaban en la Rave y me fui a buscarlos y a cerrar la noche.
Tenía pactado que volvía el día siguiente, contactando con el coche de vuelta al mediodía, así que apuré lo que pude a ver empezar los Chikos del maíz. Hay que decir que antes de que empezaran me tuve que llevar todos los trastos encima para cuando me pasaran a recoger, y la carpa VIP estuvo cerrada todo el rato mientras ponía que abrían tres cuartos de hora antes... Total, que volviendo con lo de que significan para ellos los medios, me tuvieron media hora larga cargado bajo el sol, hasta que vino el bueno del portero a decirme que se lo dejara a él y lo guardaba. Los del Maíz como es de costumbre empezaron con la bandera comunista de fondo, con su show cargado de mensaje político y revolucionario, expresaron sus deseos en cuanto a los partidarios del sistema, dejaron caer un comentario para los Aldeanos pero me hubiera gustado más que hubiera habido más público. Eran las cinco de la tarde, hora reservada a los que están en cartel y no son estrellas por las cuales la gente paga la entrada, pero consiguieron llenar prácticamente la carpa del escenario Babilonia. Después de esto me llamaron y me tuve que ir perdiéndome el resto.