Las 5 mentiras del rapero

Más de 15 años que llevo moviéndome en el Hip Hop español, y aunque alguno tras leer esta reflexión me tache como charlatán por no haber sido nunca MC, ni DJ, ni productor, llevo observando la escena desde hace años.  Manteniendo contacto con todo tipo de artistas, representantes y sellos, he visto muchos procesos desde bastante cerca, pero siempre con la suficiente distancia al no ser directamente implicado. Muchas veces nos preguntamos porqué al Hip Hop no se le toma en serio, porqué no llegamos más allá de ciertos límites. Las razones serán incontables, pero creo haber detectado una estructura de engaño, mayormente autoengaño, que nos cohíbe y limita nuestro desarrollo y que puede agruparse en ciertos bloques. Aquí enumeraré las 5 mentiras capitales del Hip Hop Español.

1. La mentira de la Cultura Hip Hop
   
   No hay cosa que nos guste más, desde hace dos o tres décadas, que llamarnos la "cultura del Hip Hop", no obstante una comprobación a nivel científico no daría con ese resultado. Sobre todo la falta de identificación sería un problema. La mayoría de los que formamos parte de esto no buscamos encontrar las cosas que tenemos en común sino autodefinirnos por exclusión de otros. El "Eso que tú haces no es rap", el "Estás manchando el rap", pero también el desinterés de músicos por el Graffiti, por el breakdance son factores importantes que hacen difícil determinarnos como cultura. A mi parecer, hemos perdido por completo el patrón común que quizás nos unía décadas atrás. Una escucha del clásico "El primer paso" que Falsalarma se marcó en 2002, hoy en día deja una impresión de desfase o romanticismo ilusorio; en definitiva parece un llamamiento ingenuo viendo cómo de disgregados estamos a día de hoy.
   
   A decir verdad, incluso prefiero que abandonemos esta idea de una cultura común y el todos a una. Prefiero que esto sea un movimiento elástico y permeable, a que sea una cultura cerrada que precise de protección y exclusión. Lo digo pensando en artistas que, mientras en sus temas estilan las letras más izquierdistas, en su posición con respecto a la cultura del Hip Hop se asemejan demasiado a los fachas que pretenden "defender la identidad nacional contra inmigrantes" o "defender la familia de los homosexuales" y ni se dan cuenta. No necesitamos eso.
   
   
2. La mentira del respeto
   
   Muy unido a la identificación como cultura existe una máxima, el dios del Hip Hop: el respeto. No hay palabra más usada y más violada por nosotros que el respeto. En boca de todos, en uso por nadie. No hace falta irse a las profundidades del hateo en las redes sociales para encontrar la falta de respeto, tampoco es necesario adentrarse en un análisis del battle-rap o el egotrippin' que tanto se estila, y analizar el lenguaje que se utiliza. Cada vez que rapeamos sobre una instrumental sin permiso, o sin nombrar al productor de la misma en los créditos, le damos una bofetada al productor y al concepto de respeto.  Y esto lo hacen hasta los artistas más grandes y respetados de la escena. Por si fuera poco, si rapeamos en quinta posición en un tema con diferentes colegas, al publicarlo cometemos la chiquillada de poner nuestro nombre el primero, nuestro ego nos los dicta, da igual que confunda al oyente si el orden no concuerda, ni hablar del respeto por la labor de los otros MCs. ¿Tenemos un pequeño showcase incluso antes de los teloneros de un gran concierto? No importa, al publicarlo en internet nos ponemos los primeros en la lista, incluso antes de los cabezas de cartel, nadie lo notará.
   
   Además nos falta totalmente el respeto por los que interpretan el rap diferente a nosotros. Da igual si somos nueva escuela y nos metemos con los carcas de Nach y Chojin que siempre están con el mismo rollo. O si por lo contrario nos va el boombap clásico, y para nosotros los jovenzuelos no tienen idea de nada, no guardan los patrones clásicos, entonan, hacen trap, usan autotune y en general tratan a patadas el Hip Hop. Respeto cero.
   
   
   
3. La mentira de los sellos y la industria Hip Hop
   
   La industria del Hip Hop calló antes de poder aprovecharse. En los años en los que existían sellos que movían Hip Hop, el Rap era absolutamente música de nicho; años más tarde, cuando el Hip Hop se había convertido al menos parcialmente en fenómeno de masas, ya no existía infraestructura. Una marca importante fue la caída de la empresa de distribución El Diablo de la que se fiaban la mayoría de los sellos en los primeros años del 2000. Cayeron las ventas, cayó la distribución y cayeron poco a poco todos los sellos. A día de hoy, la única marca que realmente merece llamarse sello de Hip Hop es Boa Music. Fuera de ello nos autoengañamos, y nos escondemos tras nombres inventados, aparentes sellos, tras los cuales realmente sólo estamos nosotros mismos y nuestros colegas. Nos sirve para decir "El disco sale por X Records" y otorgarle así seriedad a trabajos que anteriormente anunciábamos con un "He hecho algunas copias de mi maqueta". De repente ya no es maqueta o mixtape, sino disco. Ya no lanzamos nosotros nuestro trabajo sino un aparente sello que nos apoya.
   
   ¿Y Boa Music? Se ha alejado mucho del modelo clásico de poner confianza en un talento, servirle de guía, financiarle un disco, ponerlo a la venta corriendo con absolutamente con el riesgo económico. En la mayor parte de los lanzamientos de los últimos años Boa únicamente actúa como marca, como nexo con la distribuidora Altafonte, como empresa de marketing y como plataforma de contenidos en Youtube. En la producción de estos discos no interviene el sello, simplemente da algo de infraestructura en una escena que casi exclusivamente actúa a modelo de yo me lo guiso, yo me lo como. Algo que ni siquiera interpreto como algo malo, no obstante seguimos innecesariamente queriendo mantener esa fachada de los sellos para darle más credibilidad y una imagen de profesional a nuestra música.
   
   Y la fachada se expande y evoluciona. En tiempos en los que discos cuentan con menos peso, y las escuchas y vistas de vídeo aumentan, lo que se lleva para impresionar ya no son sólo sellos, sino canales VEVO. La plataforma creada por la industria musical años atrás, reservada en un inicio sólo para discográficas tiene esa reluciente imagen de exclusividad. Lo cierto es que por menos 20€ cualquiera puede adquirir un canal VEVO y dárselas de importante.
   
   
4. La mentira de los números
   
   Las ventas son un tema excesivamente delicado. ¿Te has preguntado alguna vez por qué no se alardea de ventas en el rap? En un clima de envidia y celos, y con una infraestructura por los suelos, nadie quiere mojarse; por ello esta cuarta mentira suele ser mentira por omisión. Ninguno de nosotros quiere despejar esta incógnita porque resulta arma de doble filo. El que se mueva un poco detrás de los focos sabe que las ventas de discos de Hip Hop, sobre todo las ventas digitales, son paupérrimas por lo general (con evidentes excepciones, está claro). Entonces, si nos bajamos los pantalones corremos 2 riesgos: Podemos dejar en evidencia al resto de la escena porque somos de los pocos que sí venden gran cantidad de discos, y desatar así toda una oleada de envidia. Pero también podemos hacer un ridículo si no vendemos casi nada, y crear la falsa impresión de que nuestra música no gusta a nadie aun teniendo números respetables, sólo porque al público le falta un contexto y con ello la falta de sensibilidad para saber que nadie está vendiendo nada. Lo más cómodo pues, es mentir por omisión y sugerir que los discos vuelan, o producir escasez artificial creando una serie-ultra-mega-limitada-y-numerada, que no obstante nunca llegan a venderse por completo, y años más tarde siguen amontonándose en cajas en el desván.
   
   En Youtube no podemos evitar los números, aquí no podemos recurrir a la mentira por omisión, pero por unos eurillos se pueden comprar miles de visitas en webs de dudoso carácter. Y ya se sabe: donde hay miles de visitas, miles seguirán. Nos fiamos totalmente de la falta de criterio del público. Pero el asunto de las vistas y los likes comprados en Youtube, daría para otro reportaje completo.
   
   
5. La mentira de las colaboraciones
   
   De las instrumentales compradas pocos hablan, de las colaboraciones compradas nadie. Mucho engaño y autoengaño sucede alrededor de las colaboraciones vocales. Todos hemos oído alguna vez de rumores de que tal artista cobra no sé cuánto, pero nadie de nosotros ha tenido la valentía de plantarse y decir "Siempre me ha gustado X artista, no es mi colega, no es mi amigo, no obstante quería contar con él en mi trabajo y al igual que pago por beats buenos no me importa pagarle a él para que participe". De hecho, eso de que el colaborador famoso otorga nivel es otra clave sobre la cual deberíamos poner la lupa. Más allá de haber pagado o no por la colabo de ese gran artista con tanto nombre, una vez lo tenemos en nuestro disco, en nuestro terreno, nos autengañamos pensando que no solo otorga nivel, sino que nos respeta y avala nuestro talento. Nada más falso que eso, si el artista nos respeta y le gusta nuestra música nos invitará a su trabajo; eso sí se puede entender como espaldarazo.  
   
   Al menos una mentira de mismo calibre deja verse en los últimos años: el alardeo de haber teloneado a no sé quién. No nos engañemos, no tiene mérito haber actuado en un concierto antes que un gran grupo, no es que ese grupo nos haya escogido a nosotros, sino el organizador del evento que conocemos ya hace tiempo.

Texto por: Snitcher