Las sombras que no queremos ver
Hablo de personas, con sentimientos, que lloran, ríen, sufren y disfrutan al igual que todos nosotros. Personas a las que miramos por encima del hombro creyéndoles seres inferiores sólo porque la vida les ha dado la espalda. Hablo de prostitutas, drogadictos, vagabundos y tantas otras personas a las que designamos con palabras tan largas cuando las vemos como personas en miniatura.
Quizás fue por la falta de dinero, o por la demasía de este, o incluso por un hombre o por una mujer, quien sabe. ¿Pero alguien se para ha preguntarse esto? ¿Alguno de vosotros se ha parado, aunque sea un momento, ha hablar con estas personas? Pocos son los que hacen esto y quienes lo hacen luego vuelven a su casa con su cómodo sofá y su televisión de plasma de no se cuantas pulgadas, acompañados del sentimiento de que son mejores personas por haberse preocupado por alguien aunque sólo haya sido por el hecho de quedar bien ante los demás.
Personalmente, he mantenido una conversación con una de estas personas, concretamente con un indigente, y, aunque reconozco que fue por pura casualidad, estoy por asegurar de que fue la conversación más interesante que he mantenido en mi vida. Era una persona inteligente, se expresaba muy correctamente (lo que denotaba un grado alto de educación) y, según sus propias palabras, había sido una persona con bastante dinero y lo perdió todo por una mujer, mejor dicho, esa mujer se lo robó.
Lo cierto es que es deprimente que en una sociedad supuestamente avanzada como es la nuestra sigan existiendo la indigencia, la prostitución, la drogadicción y tantas otras cosas que dan a entender que el sistema social pende de un hilo muy fino al que unas tijeras amenazan permanentemente.
No se donde leí esta frase pero a mi parecer tiene mucho que ver con este tema y me gustaría acabar con ella: "En Babilonia todos somos marginales".