¿Podemos alegrarnos de una muerte humana?
En los últimos días ronda en mi cabeza esta pregunta. Y más ahora, en el momento en el que se anuncian diferentes querellas contra personas que expresaron su alegría por la muerte de Víctor Barrio, y una contundente campaña de taurinos ha presionado tanto a Nestlé hasta el punto en el que han querido distanciarse y cortar hilos de JPelirrojo, rapper y youtuber madrileño que estaba envuelto en una campaña con la multinacional suiza. ¿Puede uno alegrarse de la muerte de un ser humano?
En España, el país azotado por la Ley Mordaza, que tanto ONU como UE urgen que se retire, está claro que no puedes expresar tu opinión tan fácilmente, menos si incluye provocación, crítica, sátira, o burla. Pero más allá de hablar de lo legalmente posible, me pregunto ¿Hasta qué punto está aceptado que uno se alegre de la muerte de otra persona?
Creo que todos coincidiríamos en que nos alegramos de la muerte de Adolf Hitler, de hecho, la mayoría desearíamos que ésta hubiera tenido lugar algo antes. En el caso de otros dictadores, como por poner un ejemplo Sadam Hussein, no sólo nos valió con el deseo de que muriera, nos encargamos directamente de ello. Fuimos a Irak, liberamos el mercado de petróleo pueblo, nos aseguramos de que Sadam fuera sentenciado de muerte y nos largamos limpiándonos las manos, dejando un país absolutamente desestabilizado. A fin de cuentas dan igual todo estos detalles, alegrarse de la muerte de Sadam está también socialmente aceptado. Pero no hace falta ser un déspota que ha matado a miles de personas. ¿Qué hay de un terrorista que puso una bomba y mató a cierto número civiles? ¿Podemos alegrarnos de que en su intento de huida murió a disparos de la policía? ¿Y de la muerte de un asesino en serie? ¿Qué hay de un padre que muere a manos de su mujer, que por fin, tras años de abusos ha encontrado la valentía de plantar cara a su marido al ver que este hombre también pasaba a abusar de sus propias hijas? ¿Podeos alegrarnos de su muerte? Por último la pregunta ¿Podemos alegrarnos de la muerte de una persona que, con los mismos rasgos de psicopatía, se divierte torturando y aniquilando a animales?
Imagino que cada uno sabrá dónde trazar su línea roja, con su contexto moral e incluso religioso. Lo que tengo muy claro es que de haberse alegrado JPelirrojo sobre la muerte de Hitler o Sadam Hussein, seguramente Nestlé no le habría retirado de la campaña alegando que es "por manifestar su alegría por la muerte de un ser humano". Por otro lado, la decisión de con quién trabajar o no, es claramente de la compañía, pero ¿Qué derecho tiene la multinacional de habar de dignidad y respeto por la vida humana cuando se enfrenta a demandas por esclavitud infantil?
Nestlé ha decidido que JPelirrojo deje de ser imagen de la campaña de Maxibon por manifestar su alegría por la muerte de un ser humano
— Nestlé España (@Nestle_es) 13 de julio de 2016
Por último, creo que hay que tener en cuenta lo siguiente: La razón por la que tantos han vitoreado la muerte del torero, no es que se alegren de una desgracia humana, ellos no son los psicópatas. La grandísima mayoría no querría que ningún torero muera, pero tampoco un solo toro. No quieren a priori el mal para nadie. Lamentablemente en un sistema, que no sólo no castiga a un maltratador animal, sino que mantiene, fomenta y expone de manera tan explícita el maltrato y cruel asesinato de seres vivos (y todo ello en contra del sentido común y de la opinión de la mayoría del pueblo) la respuesta acaba siendo igual de cruel y deshumanizada que el propio ritual.
Texto por: Snitcher
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Comentarios
Uhhh ciudado con lo que se dice por aquí... Ley mordaza acecha...
Claro que podemos alegrarnos de la muerte de alguien, faltaría más.

En el momento que alguien pasa a ser maltratador, violador, asesino, pedofilo, etc... deja de ser un ser humano.
#6 el 16/07/2016 a las 09:41:
Ante la sociedad tienen que vender una imagen, ya que es una marca internacional y es lo que muchos esperan, otra cosa es lo que realmente piensen ellos. No soy la única que me alegré de su muerte, realmente, me sentí así y me seguiré sintiendo.