Cool - Interludio
Álbum: Desde siempre y para siempre
Letras: Más letras del álbum
Lanzamiento: 2010
Publicada: el 23 de Febrero del 2016
Lecturas: 2.761
Letras: Más letras del álbum
Lanzamiento: 2010
Publicada: el 23 de Febrero del 2016
Lecturas: 2.761
Sin pena ni gloria, sigo caminando en Galia,
condena de soportarme, para mi novia.
Condena de tratar a cada mujer como una reina
con los cirios de tu iglesia haré que arda Babilonia.
Los niños sonríen y lloran por dentro,
canto con los de mi quinta, al fin y al cabo son quien cuentan
me pienso dos veces lo que hago antes de tirar pa'lante
y brindar por los viejos tiempos, eh.
Júzgame, quiero sentir terciopelo y lino,
bésame, quiero probar tus labios de vino,
mátame, para que el sonido no se escape
y se venga a dar un último paseo conmigo.
Oye como late, litros y latidos,
el cuaderno lleno y el segundero vacío
las horas pasan lentas, vamos quemando llantas
y el niño llorica de la arena se levanta.
Tiritas en las rodillas, rotas las gafas de pasta,
superación día a día, preguntas sin respuesta,
a cuestas, a hostias, canicas, apuestas,
vivimos tranquilos y morimos con lo puesto.
Sí, ¿no? Chica, me quema tu dinamita,
voy a levitar para saciar esta voz que suplica.
Mamá, te obedezco sin rechistar,
el metro de Madrid centro recuerda mil pegatinas.
Gasto saliva, para fuera no sé silbar,
tan solo las sílabas me harán cambiar de pensar
y... quién me iba a decir que te fuera a convencer
de que me esperes aquí hasta que vuelva a amanecer...
condena de soportarme, para mi novia.
Condena de tratar a cada mujer como una reina
con los cirios de tu iglesia haré que arda Babilonia.
Los niños sonríen y lloran por dentro,
canto con los de mi quinta, al fin y al cabo son quien cuentan
me pienso dos veces lo que hago antes de tirar pa'lante
y brindar por los viejos tiempos, eh.
Júzgame, quiero sentir terciopelo y lino,
bésame, quiero probar tus labios de vino,
mátame, para que el sonido no se escape
y se venga a dar un último paseo conmigo.
Oye como late, litros y latidos,
el cuaderno lleno y el segundero vacío
las horas pasan lentas, vamos quemando llantas
y el niño llorica de la arena se levanta.
Tiritas en las rodillas, rotas las gafas de pasta,
superación día a día, preguntas sin respuesta,
a cuestas, a hostias, canicas, apuestas,
vivimos tranquilos y morimos con lo puesto.
Sí, ¿no? Chica, me quema tu dinamita,
voy a levitar para saciar esta voz que suplica.
Mamá, te obedezco sin rechistar,
el metro de Madrid centro recuerda mil pegatinas.
Gasto saliva, para fuera no sé silbar,
tan solo las sílabas me harán cambiar de pensar
y... quién me iba a decir que te fuera a convencer
de que me esperes aquí hasta que vuelva a amanecer...