Lom-C - El mayor de los silvestre

Va,
eterna búsqueda la vida sobre asfalto gris,
la luz que queda al otro lado de las nubes vi,
con estas alas que me llevan al Sol,
levito como los planetas fuera de control, sí,
fuera del tiempo, orbito en otra dimensión
donde se mezclan los placeres con la lógica,
el centro de la Tierra está en mis frases subterráneas,
un cielo de prisiones y otras dudas espontáneas,
espero al margen, mi gente es suficiente ,
ya no queda estrella que no brille por brillar
en la Era de los dioses derrocados por la ciencia
rapeo porque me divierto y casi por inercia,
río que fluye, no sabe hacia que mar viaja,
no sabe nada, solo suena y se relaja
entre las hojas del otoño, vuelo libre a contraviento,
sabiendo que la espera hará sonar a mi silencio,
fracaso oscuro, locura y demagogia,
poemas olvidados en rincones sin memoria,
el páramo marchito de los reinos consumistas,
subiendo esta escalera de conquistas contra mis fobias,
vierto mi fe como el cáliz de su dios falso,
tengo un jardín en el Edén de mis abrazos,
con un trazo de mi pluma y mis lágrimas pacientes
tengo estos escritos transparentes que no se venden.
"Levántate y camina" me dijo un sabio, "no,
nunca te arrodilles ni por fama ni por ego
que los labios de la Muerte lanzan besos entre risas,
que el día de mañana llegará, tú no tengas prisa".
Y desde entonces sueño, bailo sin sombra,
aquí donde los días son metáforas sin formas,
niño risueño, el mayor de los Silvestre,
el chico campechano del sonido extraterrestre,
el nido donde duermo en esta cima de tormentas,
mira, mi renta es el Rap, no me alimenta
pero el alma sigue viva porque escribo y me descubro,
el libro de mi música es la luz con la que me alumbro,
mira mi soledad,
eterna dama compañera de mis días grises, de mis esquelas,
la suela de mis versos deja huellas en las mentes,
la escuela del civismo en esta sociedad sin suerte,
pasillos para regresar, ¿sientes el brillo de mi voz intentándote hablar?,
sin estribillos, esta letra la escribí en un día cualquiera en mi castillo
luchando contra aquel dragón que escupe fuego cuando chillo,
¿estás escuchándome? Abre tu alma y fluye.
¿Estás recordándole? Sueña y construye,
que la vida está compuesta de momentos como este,
latidos de mi cuerpo bajo un cielo azul celeste.
Niño risueño, el mayor de los Silvestre...
Niño risueño, el mayor de los Silvestre...
Niño risueño, el mayor de los Silvestre...
Niño risueño, el mayor de los Silvestre...
El chico campechano con sonido extraterrestre.

Va... Oye...