ZPU - Cifras y letras

Perdido en el camino sintiéndome Alicia,
por qué me llama hermano, si no me conoce,
cargando un triple seis ya pasadas las doce,
mar de seguidores, pero sin família.

Me siento joven, 37, abriendo el círculo,
cada dos por tres, por tres veces al mes,
dejar legado me parece tan ridículo,
a penas un paso dado y suena mi último capítulo.

En ruta y celebrando una copa a las once,
giros de 180, visto la piel de De Niro,
cagándome en la puta un par de horas más tarde,
esa discusión rompió la banda y casi trae mi retiro.

La vida es un suspiro, lo supe a los siete,
a los catorce papá se evaporó como el éter,
me quedé sólo y libre, libre y sólo, se alteró el producto,
el peso del escudo y la furia del tigre.

Me acompañaron, infectaron mi sangre, en la cera,
tirado tras unos matorrales cualquiera,
dame limosna, cayéndome un diluvio y yo lloviendo por fuera,
en un delirio tremendo y sin mi cartera.

Debo agradecer a mis tios,
a pesar de los trapos sucios,
su hogar también fue nuestro refugio en aquellos días,
privándonos con ellos tras la pizzería,
su juguetería fuego ardería.

Y guardo de golpes,
a nadie le gustan los torpes,
amiga estoy aprendiendo a perder,
para ti la Liga,
para ti las copas,
y nunca mejor dicho,
lo que para mí es un lujo,
para otro puede ser un capricho.

Conozco el fondo del nicho,
dos metros bajo tierra,
estuve arañando sus paredes y sólo era más húmeda,
también he sido un mal bicho,
pero nunca fui una perra,
el exceso de placeres volvió hacia mí como un boomerang.

[Estribillo]
Fui a por el primero,
pero en un segundo me caí al tercero,
encerrado en mi cuarto,
pásame ese quinto que ya vamos sextos.
Luché por el séptimo,
pero me faltó un octavo para ser noveno,
ganar ese décimo, porque no recuerdo lo que es ser primero.

Veinticuatro siete, tres sesenta y cinco,
la luz llegó a este mundo en el ochenta y uno,
más de casino que de bingo,
jugándomela al trece consumo en ayuno.

Aspiro el humo de una uve y sabe a cielo,
te pregunto: ¿Subes?
placas de cien,
huevos de bellota,
de tonto ni un pelo,
sé de estar perdido en clubes con la autoestima por el suelo,
y con el ego por las nubes.

Ataques de estrés,
desde el once del tres,
sé que me miras pero nunca me ves,
estoy pasando el test,
mira estas líneas que guían,
el mundo se calienta y las personas se enfrían.

Y si la vida es un directo,
por qué dicen no existe la perfección,
pero me quieren perfecto,
soy el sexto en el septo,
el fin de la fe,
nunca quedé para tomar un café.

Hablame de vomitar dos veces,
seguir tragando,
de duplicar los peces,
de estar al mando,
de huir, quedarme sólo.

El que quiere agradar a todos fracasa,
lo mejor de cada casa,
expertos del "yo controlo".

Por el enésimo vuelo que voy,
venas con cortisona,
¿cagas por mi zona?
te las verás conmigo y con Soma.

Son palabras mayores,
estalla un granito,
acólitos se quedan atónitos
frente a este mito.

Que si me faltó el apetito,
fue de dinero,
no me doy lo que me quito,
estoy bajo cero, pero me llaman Don Vito.

Que quise hacerlo bonito,
pero llegaste en enero,
y en este finiquito
estba escrito, el arte va primero.

[Estribillo]
Fui a por el primero,
pero en un segundo me caí al tercero,
encerrado en mi cuarto,
pásame ese quinto que ya vamos sextos.
Luché por el séptimo,
pero me faltó un octavo para ser noveno,
ganar ese décimo, porque no recuerdo lo que es ser primero.

Hombre de oro, tallado en números, dos mil veinte y pico, Quiebro.